Cecilia Martínez

A través de los caminos de la vida y las sorpresas que nos depara, llegué al taller de pintura y en el proceso de aprendizaje descubrí que era posible llevarla al plano de las emociones.

En el ejercicio de la actividad, llena de entusiasmo y encantamiento, cada pincelada me hace constatar que la pintura viene del lugar en el que las palabras ya no pueden expresarse.

Mi mayor interés, mi compromiso, nace de la convicción de que no se trata de pintar la vida, si no hacer viva la pintura.

Los invito a través de ella, a disfrutar de las cosas pequeñas, que aunque no son nada, producen la paz.