Carla Jara

Cuando era niña, un día tomé una revista y comencé a dibujar en una hoja el rostro que aparecía en la portada, me encantó descubrir que podía hacerlo bien, pero sobre todo disfruté poder darle expresión. Por años dibujé por placer, sin ninguna técnica ni guía, lo abandoné por falta de tiempo cuando entré a la universidad, y fue esté mismo camino, una vez graduada lo que me hizo retomarlo con más fuerza a?os después, ya no solo por simple placer, sino como una forma de ayudar a sanar a las personas de quien soy responsable.

Hace un año y medio resolví ingresar al taller y ha sido una gran decisión, cada dibujo que termino me provoca el asombro que sentí cuando dibuje ese rostro la primera vez, además del placer de ver cómo cambia con cada capa de color y se convierte en algo que no creí poder hacer.


Mi primera incursión con los animales

El primero siempre tiene especial valor.

Último trabajo.

El regalo de navidad para mi prima; su hijo

Realmente disfrute muchísimo hacer este dibujo.

Al principio no estaba segura de hacerlo, pero el resultado me gustó mucho.

De vuelta a lo que más me gusta; los rostros.

Lo que empezé como un ejercicio con carboncillo se convirtió en el único recuerdo de esa plantita.
carlajarav@gmail.com